“Cuando cambias la manera de mirar las cosas, las cosas que miras cambian”. Esta es una frase que repito en todos mis cursos y conferencias. No es mía, qué más quisiera, es de Wayne Dayer, o por lo menos se la escuché a él. Hoy esta frase toma importancia vital y es que observo que la gente optimista, que ríe y sonríe pase lo que pase, es vista a veces como loca o irrealista, como inmadura o frívola. En mi humilde opinión, no hay nada más lejos de la realidad, las personas que conozco así, son maduras y viven la realidad con mayúsculas, por eso sonríen. Porque entienden de que va esto de vivir, porque entienden que por mucho que ellos lloren o se quejen, o de desesperen nada va a cambiar ni a nadie van a ayudar, porque entienden que una sonrisa ilumina el alma de los que la miran y así sí están haciendo algo. Porque entienden el poder de sus pensamientos y si estos son negativos ayudarán a crear esa realidad en sus vidas, porque agradecen cada día todo lo que les rodea, sea lo quesea, pues ven aprendizajes y oportunidades donde otros ven problemas y quejas, así son las personas optimistas, ellos transforman su realidad pues la realidad tiene el color de los cristales con que los miras, y ellos lo saben. Los optimistas tienen un guía interno al que escuchan, ignorando lo que otros les dicen sobre limitaciones y miedos, y ese guía les dice que todo irá bien, que todo es perfecto y que todo tiene un para qué , por eso son personas que consiguen lo que nadie cree posible. Así, lo optimistas son los grandes creadores, los grandes inventores. Ellos entre otras cosas inventaron la resiliencia, nada tiene la gravedad suficiente como para perder la sonrisa y negarle esa luz a las almas que le rodean. Por eso hoy le doy las gracias a los optimistas, por guardar en su corazón una chispa de inocencia, esa que dibuja sonrisas increíbles en las caras de los niños, gracias por regalarme sonrisas que dan luz en mi interior en los momentos más oscuros, y gracias por permitirme practicar ” el cambiar la manera de mirar las cosas” y poder apreciar tanto a las personas optimistas.